Es una evidencia que varones y mujeres somos diferentes desde el punto de vista de la biología (sexo) y que mostramos otras diferencias que tienen que ver con influencias sociales y culturales (género).
Puesto que los códigos sociales se transforman, el concepto de femineidad y masculinidad también cambia con el tiempo. El movimiento feminista ha permitido revisar estos conceptos y hoy en día nuestras alumnas pueden elegir entre muchas formas diferentes de ser mujer. Lo que parece cambiar más lento es el concepto de masculinidad. Es importante revisarlo en clase y dar a conocer a nuestros alumnos varones ejemplos diferentes de «ser varón».
Sobre el tema de la masculinidad, escribí hace tiempo este post con información para trabajarlo en clase.
Para debatir sobre el tema con nuestro alumnado, os recomiendo ver en clase la charla TED (con subtítulos en español) del actor Justin Baldoni, titulada Why I’m done trying to be man enough. El título es suficientemente explicativo del contenido de esta interesante y emotiva charla.
Para el debate, he elaborado estas preguntas de reflexión:
Justin Baldoni_ Why I_m done trying to be man enough – WORKSHEET
No quiero terminar una entrada sobre masculinidad sin compartir una de las inquietudes que me ronda desde que tengo un hijo varón. Y es que me pregunto hasta qué punto las diferencias biológicas también condicionan en cierta medida nuestro comportamiento. El curioso caso de David Reimer, desde luego da mucho que pensar.
David Reimer fue un canadiense que nació como hombre, pero fue sexualmente reasignado y convertido en mujer, después de que su pene fuera accidentalmente destruido durante su circuncisión. El psicólogo John Money supervisó su caso, considerando que la reasignación de Reimer fue exitosa, y que eso probaba que la identidad de género se aprendía. Sin embargo, el sexólogo Milton Diamond constató que Reimer nunca se identificó con una mujer, y que empezó a vivir como un hombre a la edad de 15 años. Reimer acabó haciendo público su caso para así evitar prácticas similares en el futuro, y después de sufrir una fuerte depresión, problemas económicos y el final de su matrimonio, acabó suicidándose en 2004. (Wikipedia)
Germaine Greer, autora de La mujer eunuco (The Female Eunuch, 1970), defendía en este libro que los roles sexuales no dependen de diferencias biológicas sino que son constructos sociales sobre los que se basa el patriarcado. Sin embargo, no cree que la liberación venga a través de la liberación (supresión) de la «femineidad», de la creación de un supuesto sujeto neutro. De hecho en su libro posterior La mujer completa (The Whole Woman, 1999), afirma que hay una cantidad considerable de evidencias de que incluso en los casos en los que niños y niñas reciban una crianza «libre de estereotipos de género» (como están experimentando en este caso en Suecia), los niños/as inventarán el género por sí solos (p. 417).
Seguiré pensando sobre el tema. ¿Alguna idea?