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Diez años de blog

Este curso se cumplen diez años desde que empecé a escribir este blog. Es un buen momento de parar, mirar atrás y hacer balance del camino recorrido.

Este blog surgió hace más de diez años como respuesta a la necesidad de algunas personas de Málaga dedicadas a la coeducación por entonces de tener un espacio para compartir ideas, información y recursos. En su comienzo fue un espacio compartido, pero ha terminado reflejando mi recorrido coeducativo personal, que ahora me dispongo a contar.

En el reciente I Congreso de Coeducación, las maestras Amparo Tomé y Marina Subirats compartieron su recorrido por la coeducación durante los últimos cuarenta años. Su relato me ha inspirado a pensar en mi camino en el feminismo y la coeducación. Es una manera de hacer balance y una oportunidad de agradecer a las muchas mujeres (y algunos hombres) que me he encontrado y de quienes tanto he aprendido.

Mi camino en el mundo de la coeducación comenzó en 2005, al poco tiempo de empezar a trabajar como docente, cuando me apunté a un curso que había organizado el CEP de Málaga al cuidado de Lola Valle: «Cambios sociales y de género». Este curso pretendía responder a la demanda de información sobre los contenidos de la nueva asignatura Cambios sociales y nuevas relaciones de género que se había creado un poco antes, en el 2003, en Andalucía. Era el comienzo del I Plan de Igualdad entre hombres y mujeres en educación, que se aprobó en Andalucía ese año.

Enseguida me atrajo la idea. Llevaba implicada en el movimiento feminista desde la adolescencia, en la ya extinta «Asamblea de mujeres» de Málaga y como miembro de la Red de Mujeres de negro contra la guerra. Cómo llevar el feminismo al aula era, sin dudarlo, una prioridad para mí.

A raíz de este curso pude profundizar en todo lo que el feminismo había aportado al mundo de la educación, es decir, en la coeducación, y tuve la oportunidad de conocer a un maravilloso grupo de profesoras y profesores con quienes formé un grupo de Trabajo intercentro llamado  “Red de coeducación de secundaria”. Tengo mucho que agradecer a las compañeras y compañeros con quienes compartí estos años: Elena Serrano, María José Rubio, Lola Valle, Elena Picón, Auxi Jiménez, Ana Huertas, Rocío Castellano, Inmaculada Naranjo, Rafael Muñoz, Miguel Ángel Moya, Carmen Velasco… Y a Pilar Iglesias, gran maestra a quien tuve la oportunidad de conocer de mano de Elena Picón y que fue y es una fuente de inspiración.

Fue una gran experiencia que duró cinco años y que me permitió compartir y crear actividades y reflexionar sobre maneras de llevar la coeducación al aula. Además, hicimos cosas que en ese momento nos parecían tan grandes como el I Encuentro coeducativo de centros de secundaria de Málaga, que tuvo lugar en el Centro Cívico de Málaga (que hoy es La Térmica) el 30 de enero de 2008. En este encuentro, unos 250 chicos y chicas de secundaria de unos diez centros de Málaga capital y provincia tuvieron la oportunidad de compartir ideas y experiencias sobre coeducación.

En este grupo empezamos aprendiendo y debatiendo sobre el trabajo de las grandes promotoras de la coeducación en España, como Amparo Tomé, Marina Subirats o Mª José Urruzola, cuya Introducción a la filosofía educadora, es para mí «la biblia de la coeducación». Sin embargo, los materiales para trabajar en clase no eran de tan fácil acceso. Sí que había algunos interesantísimos blogs, como La Naranja del Azahar o un blog de coeducación de la Consejería de educación de Asturias «Coeducación, Espacio para Educar en Igualdad», ya extinto, del que aprendí mucho (desde aquí mi agradecimiento, a quien quiera que fuera quien publicaba). Pero todavía el feminismo no estaba de moda, no había una sección «mujeres» en los principales medios de comunicación, no existían todavía buenos portales especializados en coeducación. En general, teníamos la sensación de que había que emplear mucho tiempo en encontrar buenos recursos. Entonces fue cuando empezó el blog «Coeducando en secundaria».

Había entonces mucho interés por parte de los Centros de profesorado de Andalucía por la coeducación. Incluso con el CEP de Málaga y otros CEPs de la provincia creamos una «Comunidad virtual de coeducación», como el Claustro de Facebook, pero en pequeñito :).

Ese interés de las instituciones por ofrecer formación en coeducación, al menos en Andalucía, continuó durante varios años, pero ha ido decayendo y ya son casi inexistentes las propuestas interesantes de formación en coeducación desde el CEP (al menos el de Málaga). Menos mal que se ha compensado con esa gran fuerza del movimiento de profesorado coeducador, que con la guía de Marian Moreno y otras  ha creado «Clavico» y que ha llevado a cosas tan grandes como el I Congreso de Coeducación.

Cuando acabó disolviéndose el grupo de trabajo “Red de coeducación de secundaria”, busqué otros espacios de relación para compartir experiencias. Me uní entonces a la red Sofías, relaciones de mujeres en educación.

Las conocía a través de la profesora de la Universidad de Málaga Nieves Blanco, una de mis grandes maestras, a quien además tengo que agradecer haber dirigido mi trabajo de investigación de final del doctorado «Estudios de las mujeres y de género». Esta investigación fue la base del trabajo por el que recibí una Mención especial en la IV Edición de los Premio Rosa Regás a materiales coeducativos.  Se trata de una investigación sobre la elaboración y puesta en práctica de unidad didáctica “Mujeres y cultura de paz” para la clase de inglés en secundaria. Os invito a leerla si os interesa el tema.

Entretanto, continué con el blog para compartir mis reflexiones sobre (co)educación y como altavoz para las actividades que hacíamos en mi centro educativo de entonces el IES Licinio de la Fuente (hoy el IES Ciudad de Coín), y ahora en mi centro actual, el IES Pablo Picasso, donde he sido coordinadora del Plan de Igualdad durante varios años y donde he tenido y tengo la suerte disfrutar de una red de profesoras coeducadoras a las que estoy enormemente agradecida.

Es curioso, escribiendo esto, el corrector me ha cambiado «coeducación» por «conducción» y me sonrío al pensar que en cierto modo tiene razón. Conducimos a nuestro alumnado, a compañeros y compañeras por un camino diferente, el camino del cambio vital que no tiene marcha atrás: la conciencia de ser hombre o mujer y el significado que tiene en nuestra sociedad.

Decía Carmen Ruiz Repullo en el I Congreso de coeducación que «el feminismo le cambió la vida». Yo no diría que a mí me la ha cambiado. Prefiero pensar que me ha ido «conduciendo» por la vida que llevo, una vida de conciencia de ser mujer, de qué significa en la sociedad y de qué significa para mí.

Cuántas cosas he aprendido en este conducir y a cuántas mujeres (y a algunos hombres) tengo que agradecer. A mi profesor del instituto Rodríguez Moñino de Badajoz, Ricardo Sosa, que me invitó a participar en lo que el llamaba «Escuela de paz», que organizaba en su tiempo libre y donde aprendí a ponerme «las gafas violeta». Qué gran suerte la mía, poder tener un profesor que inspira y enseña a mirar de otra manera.  A mis compañeras de la Asamblea de Mujeres de Málaga (María, Mariceli, Águeda, Rosa, Cristina…) donde descubrí el significado de feminismo. A María, en concreto, por descubrirme a Alessandra Bocchetti y Lo que quiere una mujer.  A las Mujeres de Negro, por enseñarme el activismo pacifista. A Nieves Blanco, por darme la confianza para hablar desde mí en mis clases, para buscar el centro en la relación con mis alumnas y mis alumnos. A Marian Moreno, quien me inspiró para hacer actividades en el aula que implicaran también a las familias en la coeducación. A Patricia T. Cañada, mi compañera de viaje en el ciclo de doctorado, Estudios de las mujeres y de género, que tanto nos hizo pensar. A Elena Serrano, por acompañarme en tantos seminarios, jornadas y activismos varios. A María Macías y Ana Belén Cañamero, por estar siempre abiertas al debate y hacerme pensar. A mis compañeras coeducadoras del IES Pablo Picasso, que dan sentido al trabajo diario. A mis alumnos y alumnas, que me mueven y motivan.

Y ahora a mi hijo, que me empuja a seguir trabajando por una educación libre de estereotipos de género y me obliga a replantearme continuamente mis presupuestos: cuánto hay de biología y cuánto de cultura a la hora de modelar a varones y mujeres, la importancia de los referentes femeninos, también para los varones, o la reformulación del concepto de masculinidad.

Seguro que se me queda gente atrás. Gracias por acompañarme hasta aquí.

 

Sobre el ocho de marzo

El pasado miércoles 8 de marzo fue un día especial para mí en el instituto.

Es una de las pocas veces en los doce años que llevo de docencia activista feminista en las que noté que se hablaba con interés del tema, que se celebraba (o criticaba) el Día Internacional de las mujeres.

El miércoles la gente debatía en la sala de profesores. Muchas profesoras y algunos profesores varones se interesaban por las actividades organizadas en el centro para ese día, se lamentaban por los actuales problemas que causan la desigualdad e incluso se sumaban al paro convocado por organizaciones feministas para las doce de ese día.

Sentí que no éramos solo dos profesoras preocupadas que intentábamos concienciar a nuestro alumnado en la clase. Y eso me gustó. Muchas profesoras (y algunos profesores) hablaron del tema en clase, llevaron al alumnado a la exposición que habíamos organizado en el centro para homenajear a mujeres destacadas, o a ver la interesante proyección homenaje a mujeres destacadas que Víctor, nuestro secretario, organizó. Es clave, desde luego que el equipo directivo esté implicado y que apoye la participación en iniciativas de este tipo.

Exposición: No a la invisibilidad. Levanta tu máscara.

Me gusta que se esté popularizando la conciencia social sobre la desigualdad, que aparezcan a menudo noticias en la prensa, que artistas populares y actrices famosas se definan públicamente como feministas, por ejemplo.

Y no quiero decir con esto que no haya que seguir trabajando. De hecho, también hubo ese día voces discordantes, profesores varones que declararon que no hace falta un día como este, que ya hay igualdad. Escuché incluso frases de lo más estereotípicas, algunas pronunciadas por compañeras:  «las chicas, [cuando se portan mal], son mucho peores que los chicos». Otras, por compañeros varones, como que la desigualdad salarial es un «bulo» o que, para que nos íbamos a engañar, la culpa de que el deporte femenino no tuviera público es de las mujeres o no me gustaría que mi hijo (varón) hiciera gimnasia rítmica. Muy sincera, por otra parte, esta última declaración, que se completó con un «pero lo aceptaría, claro».

Esa es una de las claves del trabajo de concienciación, desde luego, aprender a vivir con las contradicciones. Es difícil cambiar conciencias, pero al menos hay que intentar cambiar actuaciones. Si eres capaz de aceptar que tu hijo o hija haga algo diferente de lo que a ti te gustaría, ya es un avance. Se hace camino al andar.

Y la culminación del día fue contar con la presencia de un grupo de alumnas (y algún alumno varón) en la manifestación por las calles de Málaga, fuera de horario escolar. Ahí es donde realmente se demuestra la implicación.

 

Gracias a Teresa, de Interred, que colabora en nuestro centro, este grupo de alumnas recibió el ánimo y estímulo suficiente para sentirse aludido. Decidieron organizar una performance con la que participaron en la manifestación. De negro, en silencio y maquilladas como mujeres maltratadas estuvieron en fila, de pie, en la plaza de la Constitución, ayudando a remover conciencias. Qué gran día.

Las mujeres y la Historia

Recientemente ha corrido por las redes sociales la merecida indignación popular por una anécdota que, en mi opinión, refleja perfectamente la injusta realidad: la colección de los clic de Playmobil y Planeta deAgostini, “La aventura de la Historia” no ofrecía ejemplo de figuras femenina como referentes en la Historia. Afortunadamente, las protestas tuvieron su resultado.

Algunas de las que se «había olvidado» Planeta de Agostini…

Hoy se ha publicado en El País un interesantísimo artículo sobre esta anécdota que nos puede ayudar a reflexionar sobre la visión de la Historia que transmitimos a nuestro alumnado. Como bien dice Paula Martos, cofundadora de la fantástica web Historia Feminista, «Si quieres hablar de los ejércitos y las batallas encontrarás pocas mujeres, pero si miras en los hogares, solo las verás a ellas. Desde mi punto de vista, el trabajo de las mujeres ha sostenido y sostiene el mundo. Sin los cuidados que ellas dispensaban no se conseguía todo lo demás”. El mundo de los cuidados debe estar presente en el aula. Es fundamental para la vida.

Para saber más os dejo una entrada en este blog sobre el libro Mi historia de la mujeres. Os lo recomiendo.

Enseñemos a las niñas a ser valientes

Comenzamos el nuevo curso con energías renovadas y con las mismas ganas de siempre de trabajar por una sociedad mejor desde la escuela.

Y para conseguir una sociedad mejor, es imprescindible contar con todo el potencial que las mujeres pueden aportar. Para eso trabajamos la coeducación, para que chicos y chicas lleguen a donde puedan o quieran llegar.

Todavía hay mucho trabajo por hacer. Os dejo para comenzar a reflexionar este curso sobre el miedo de las chicas a la imperfección, sobre cómo a menudo educamos a las chicas para que sean perfectas, mientras que los chicos aprenden a ser valientes.

Lo explica muy bien Reshma Saujani, la fundadora de «Girls who code» en la charla TED: Teach girls bravery, not perfection (Enseñemos a las chicas a ser valientes, no perfectas).

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Os recomiendo que lo veáis: «Tenemos que enseñarles a ser valientes desde la escuela, cuando están el mejor momento para cambiar sus vidas y las vidas de los demás y tenemos que enseñarles que van a ser queridas y aceptadas no por ser perfectas, sino por ser valientes.»

Feliz comienzo de curso.

Juguetes para niños y para niñas

Hasta en los cuentos…

Llegan las Navidades, época de regalos por excelencia, y toca hacer reflexión sobre si nuestra elección de juguetes y regalos para nuestros seres queridos se ve influido por el hecho de que sean chicos o chicas.

Desde luego, la industria no lo pone fácil, los escaparates llenos de rosa o azul según convenga…

Pero es importante tener claro que los juguetes no tienen sexo y que como podemos leer en esta interesante reflexión de guiainfantil.com:

Los niños imitan todo lo que hacen los adultos, asumen los papeles que ven en casa, en el colegio o en la calle, y los reproducen fielmente. Del mismo modo, interiorizan los valores que estos papeles adquieren en la sociedad. El reto es ofrecerles a los pequeños nuevos modelos de relación entre géneros. Eso no quiere decir que los niños tienen que jugar con muñecas y las niñas con coches para evitar la dualidad tradicional de «esto es de niños» y «esto es de niñas».

Lo principal es estimular su curiosidad, ofrecerles nuevos estímulos para desarrollar nuevas capacidades.

Mi bebé de dos años prefiere jugar con coches, le encanta mover las ruedas, hacer rodar cualquier cosa. Sea natural o aprendido, ese es otro debate, intento respetar sus preferencias. Eso no quiere decir que sea lo único que pongo a su alcance. De hecho, tiene una escoba, porque le encanta barrer y tiene un bebé al que disfruta dándole el biberón.  Lo acuna, como yo le he enseñado, como su madre y su padre lo acunaban a él, aunque prefiere darle golpes en la cabeza, para decir que se ha dado un «coco» y que lo curemos con un beso. No es el primer juguete que elige cuando tiene ganas de jugar, es verdad, pero experimenta con él, aprende.

Y algo curioso sobre esto. Mi sobrina de cinco años me preguntó al verlo extrañada «¿pero el primo le da el bibi al bebé?», y acto seguido ella misma se respondió: «ah, sí, es su papá».

Os invito a leer este post antiguo sobre el tema.

Felices fiestas

Sobre estereotipos y juguetes navideños

Es una buena fecha para volver a reflexionar, como ya hemos hecho antes en este blog, en cómo nos afectan los estereotipos de género en lo que se refiere a los regalos navideños.

A menudo pregunto en clase el tipo de regalos que reciben por estas fechas, y me llama la atención cómo los regalos se van haciendo más homogéneos a medida que crecen. Y si en 1º de la ESO todavía hay alguna pelota o algún juego de mesa, al ir avanzando en edad, todas y todos suelen recibir lo mismo: dinero, colonia, ropa, videojuegos, etc.

Ahora bien, sigue siendo muy distinto el tipo de videojuegos o en qué emplean su dinero según sean chicas o chicos.

La gran diferencia está, desde luego, en primaria, cuando reciben regalos diferentes según su sexo, o según lo que las familias (o las tiendas) piensan que corresponde a su sexo.

Todavía no he tenido la oportunidad de ver los escaparates de juguetes por Navidad, y creo que me voy a encontrar con una estampa como esta, de hace un par de años, que ya publiqué en este blog. Esto es lo que pensaba hace dos años El Corte Inglés que había que regalar a las niñas por Navidades:

Niñas con carritos de la compra, pero eso sí, con su deportivo… aunque sea rosa.

Y esto a los niños…

Niños que tocan instrumentos, que combaten, que conducen…

Parece, de todas formas, que ya se empiezan a ver cambios.

El catálogo de este año de una cadena de juguetes española, ha decido apostar por romper con estos estereotipos, dicen que como respuesta a la demanda social. ¿Estrategia comercial? Puede, pero en cualquier caso, muy recomendable. (Más información aquí: http://verne.elpais.com/verne/2014/12/05/articulo/1417797173_124671.html)

Fuera de nuestro país, hay tiendas de juguetes que empiezan a eliminar lo que se empieza a llamar «apartheid de género» (separar por colores), como en Hamleys, Londres. Esto lo cuenta un artículo muy interesante de The Guardian (en inglés), que además hace un análisis sobre este tema y llega a la conclusión de que no hay evidencias científicas que apoyen las preferencias por colores según el sexo, que dichas preferencias son algo cultural, que han ido cambiando con el tiempo y que las preferencias actuales tienen que ver con factores de ventas y marketing. Desde luego, es para pensarse cómo  el mercado puede condicionar el futuro de nuestros niños y niñas…

Por otro lado, seguro que conocemos casos de  «desafíos de género», por ejemplo, chicas que le gustan los superhéroes. Pero es curioso ver cómo estamos dispuestos a aceptar estos desafíos de forma parcial. Me refiero a la tendencia a ver con buenos ojos a las chicas que prefieren juguetes típicamente masculinos, y a las reticencias a aceptar a chicos que juegan con juguetes típicamente femeninos.

Como digo, sí que creo que estamos viendo cambios, pero no en ambas direcciones. Parece que las chicas tienen ahora más posibilidades de elegir lo que quieren con la aprobación de las personas adultas en muchos casos, pero recordemos que no sólo se trata de que las chicas jueguen con herramientas o coches, sino de empezar a dar a los chicos, los tan necesarios modelos de crianza desde pequeños.

 

 

 

 

 

 

Esto lo expresa muy bien este artículo, del Huffingston Post (en inglés), que cuenta cómo el año anterior un director creativo estadounidense sacó en un catálogo a su hijo de cinco años pintándose las uñas de los pies de rosa y tuvo numerosas protestas, sobre todo de grupos religiosos y conservadores.

Parece ser que, en general, las niñas y niños prefieren jugar con lo que ven jugar a quienes son de su mismo sexo. Crecen y se desarrollan conformo a lo que esperamos de ellos y ellas, por eso es tan importante eliminar estereotipos, para ofrecer más posibilidades de elegir, de ser libres.

Espero que estas reflexiones nos ayuden estas fechas a escoger con cuidado los regalos que vamos a hacer a nuestras pequeñas criaturas cercanas.Tampoco se trata de pensar que un sólo regalo vaya a definir todo un futuro, pero estaría bien empezar a dar más opciones.

Si no probamos, no lo sabremos. Desde luego, desde pequeños notan las diferencias, como le pasa a Riley, esta divertida niña de que se queja en este vídeo, que seguro que conoceréis, de que las niñas tienen que comprar princesas y los niños superhéroes. ¡Y todas las cajas para niñas son rosa!

¡Que tengáis unas muy felices fiestas y muchos regalos no sexistas!

Vuelta al cole

Ya llegó septiembre, la vuelta a las clases con las energías renovadas y con la maleta llena de nuevos proyectos e ilusiones. Me incorporo a la vida escolar a pleno rendimiento, después de una pausa para dedicarme al menester maternal en exclusiva, con muchas ganas de continuar con el blog y con la imprescindible labor de coeducar en la escuela.

Y ahora más que nunca, después del mal sabor de boca que nos ha dejado el reciente acontecimiento en la pasada feria de Málaga, la denuncia de una violación, que fue increíblemente archivada en 24 horas, sin nigún tipo de investigación de por medio. Para más detalles, pinchad aquí o aquí. Parece que por lo menos, la ciudadanía está indignada, y desde las instituciones se están dando pasos en positivo para arreglar este despropósito.

Estos hechos ponen de manifiesto cómo de necesario es introducir la educación afectivo y sexual en la escuela. Y no es algo nuevo, pues lo venimos diciendo quienes defendemos la coeducación como una educación consciente de las diferencias entre los sexos y de las desigualdades que a menudo provocan estas diferencias. Trabajar las emociones y la sexualidad en la escuela es imprescindible para combatir los estereotipos sexuales: la sexualidad irreflenable de los varones, las mujeres necesariamente recatadas, que dicen «no», pero quieren decir lo contrario, y un sinfin de prejuicios que perpetúan y normalizan la violencia sexual.

El trabajo, como siempre, debería comenzar con el debate constante en el aula, en cualquier asignatura. Aquí tenéis unos materiales muy interesantes, que nos pueden servir de guía. Además, una herramienta a nuestro alcance es el juego Sapiensex, que pone en marcha y fomenta la psicóloga Rocío Carmona Horta. En mi centro la hemos tenido y la experiencia ha sido muy buena. Os la recomiendo para este curso.

¿Qué más proyectos e ideas se os ocurren para trabajar la educación afectivo-sexual en vuestros centros?

Vacaciones

Llegamos por fin al esperado final del curso. Llega la hora de reponer energías, tan necesarias para seguir en la labor coeducativa, que tanto tiempo y fuerzas demanda.

Os quiero dejar con una reflexión sobre un par de noticias que he leído estos últimos días y que me dan esperanzas y me llenan de ánimo.

En primer lugar, el reportaje de El País Semanal del pasado fin de semana titulado: Confesiones entre ciencia y literatura, que recoge la entrevista entre Rosa Montero y Margarita Salas, mujeres luchadoras y admirables, ejemplos que seguir. Margarita Salas, mujer optimista donde las haya, da «un plazo de 15 años para que la mujer científica alcance la posición que le corresponde de acuerdo a su capacidad y trabajo.» Rosa Montero no es tan optimista, pero desde luego está de acuerdo en que es tan solo una cuestión de tiempo que el mundo empiece a valorar el talento femenino. Y precisamente porque es una cuestión de justicia, que va a ocurrir gracias a todas las mujeres y hombres que nos dedicamos a trabajar para que esto ocurra, por lo que me siento llena de satisfacción.

Además, esta mañana he leído una noticia dedicada a Maryam Bibi, la directora de una ONG de ayuda a la mujer en Pakistán, que recibe amenazas de muerte casi diarias. Por un lado, me entristece confirmar la situación de las mujeres en su lugar de origen, Waziristán del Norte, una de las zonas más atrasadas de Pakistán, una región tribal pastún fronteriza con Afganistán donde aún imperan caducos códigos de honor y un opresivo sistema patriarcal que considera a las mujeres otra propiedad familiar más. Sin embargo, por otro lado, no puedo dejar de alegrarme por el hecho de que, incluso en los lugares más inhóspitos para las mujeres, surgen figuras como las de Maryam Bibi, que dan esperanza a muchas otras mujeres y hombres y que aspiran a construir una sociedad más justa.

Lo que parece imposible también!

Me ha recordado este caso al de Malala, figura que he trabajado con mi alumnado en clase este curso y que estoy segura de que les servirá de inspiración para el futuro.

Con esta reflexión llena de optimismo os dejo para disfrutar de unas merecidas vacaciones.

¡Feliz verano, volvemos en septiembre!

Cómo luchar contra la violencia de género

Hoy he escuchado en el telediario una noticia sobre el incremento de la violencia de género entre adolescentes. Nada nuevo, si nos fijamos un poco en lo que ocurre a diario en nuestro centros. Desde luego, nos sirve para recordar la importancia del trabajo que hacemos día a día en clase para desterrar actitudes machistas entre nuestro alumnado, como única forma de para la asociación masculinidad y violencia.

Hace poco escuché una brillante charla de Jackson Katz, experto en sexismo y violencia de género, en la que pone de relieve los puntos fundamentales que deben guiar nuestro trabajo contra la violencia sexista.

Entre otras cosas, habla de la necesidad de reconocer el liderazgo femenino, que sea un ejemplo a seguir tanto para  mujeres como para hombres. Además, propone cambiar el foco mediático de la víctima hacia el agresor, dejando de preguntarse por qué una mujer está con un hombre así, o por qué vuelve con él y empezando a centrarse el censurar al agresor, en vez de a la víctima.

Por otro lado, es fundamental educar a todos aquellos hombres (y también mujeres, pero fundamentalmente hombres), que no ejercen violencia, pero que de alguna manera tampoco la sancionan para no sentirse excluidos del grupo. Es lo que Katz llama el «enfoque del espectador» (‘bystander approach’). Se trata de educar a nuestros adolescentes varones para que sancionen (moralmente) conductas violentas hacia las mujeres dentro de su grupo de iguales, lo que llevaría a deslegitimar el uso de la violencia como forma de expresar la masculinidad.

Me ha gustado también que Jackson Katz comience la charla dando las gracias y reconociendo el trabajo de todas las mujeres que creen que un cambio en los modelos de relaciones entre hombres y mujeres es necesario para cambiar la sociedad. En esta labor, este investigador piensa, como yo, que es imprescindible que los hombres asuman su responsabilidad y empiecen a trabajar sobre la idea de masculinidad. Ya basta de pensar que todo lo que tiene que ver con el «género» se refiere a mujeres, y es asunto solo y exclusivamente de mujeres.

Aquí podéis ver la entrevista, aunque, desafortunadamente, solo están disponibles los subtítulos en inglés.

 

Algo parecido propone Tony Porter en su charla TED Un llamado a los hombres, en la que habla de liberarse del «kit de masculinidad». Ests sí que se puede ver subtitulada en español.

Hace más de un mes que no publico nada. Y no es por falta de ideas, sino por falta de energías para hacer el esfuerzo que implica ponerse delante del ordenador a compartirlas. No sé si os está pasando lo mismo que a mí, pero la subida de horas de este curso y el ambiente de apatía generalizada me están pasando factura.

Hace unos días me encontré con Carmen, una compañera y, como yo, activista coeducadora, que conozco prácticamente por contacto online. Me ha hecho reflexionar en cuánto necesito, en momentos como estos, el contacto con otras mujeres con energías, la utilidad y la fuerza que da tener una red de apoyo de personas que trabajan por la educación en libertad y singular, aunque solo sea virtual. Y en fin, me he decidido a intentar vencer el desánimo y a continuar con la humilde labor de divulgación que llevo haciendo en este espacio desde hace más de cinco años.

A quienes estáis ahí detrás, os pido que intentéis vencer también la apatía y que compartáis conmigo y con otras todas las cosas maravillosas, grandes o pequeñas, que hacéis cada día para que vuestros chicos y chicas en clase aprendan que pueden buscar su lugar en el mundo  y expresar su ser hombre o mujer con plena libertad.

Acabo poniendo a vuestra disposición el trabajo que estoy desarrollando este curso a través de mi blog de clase ‘English and You’ para hacer pensar en clase a mi alumnado y debatir en inglés online sobre aspectos relacionado con los estereotipos de género, las desigualdades o las mujeres y hombres que me inspiran.

Hasta muy pronto.