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La guerra no es la solución para la crisis, ni para los hombres, ni para las mujeres

Suscribo por completo el siguiente comunicado de RANA, la RED ANTIMLITARISTA Y NOVIOLENTA DE ANDALUCÍA, integrada por Ecologistas en Acción-Andalucía; Confederación General del Trabajo-Andalucía; Mujeres de Negro (Sevilla); Alternativa Antimilitarista-MOC (Sevilla y Puerto de Sta. María); Madres contra las drogas ANDAD (Pto. Sta. María); RANA-Algeciras; Ahimsa (Málaga)

La guerra no es la solución para la crisis, ni para los hombres, ni para las mujeres

La reciente concesión de la Medalla de Andalucía a la primera mujer española en entrar en la Armada española y primera en estar al frente de un barco de guerra español podría interpretarse como un apoyo a la incorporación de la mujer a roles sociales no tradicionales, pero también puede suscitar una reflexión de más calado y mostrar la actualidad del pensamiento feminista de la gran escritora Virginia Woolf, autora del libro “Tres guineas” y de la frase “Nada cambiarán las mujeres en el mundo público si se dejan sobornar para entrar en el cautiverio”.
Andalucía, 27 de Febrero de 2013.
“Tres guineas” muestra la estrecha relación entre masculinidad, autoritarismo y cultura de guerra. Si las mujeres deben contribuir a acabar con la lacra de la guerra, deben alejarse del logos masculino que siempre la ha hecho posible. La violencia ha sido un juguete y un deporte masculino, la guerra ha sido una profesión masculina y una fuente de realización personal para ellos. La unión de virilidad y violencia ha llevado a millones de hombres a la guerra.
La lucha de las mujeres por valores como la cultura y la libertad, ¿debe llevarlas a la masculina justificación de la violencia y el militarismo? Para Virginia Woolf, la mejor manera en que las mujeres pueden ayudar a evitar la guerra no consiste en participar en ella, sino en permanecer fuera de ella. Ser la primera mujer en capitanear un barco de guerra ¿es contribuir a evitar la guerra?.
Prepararse para hacer lo que siempre han hecho los hombres no es la mejor forma de contribuir al fin de las guerras. La educación de la mujer en libertad debe huir de valores como la competencia, el deseo de superioridad, el amor al poder y al triunfo sobre los demás, la segregación… Valores que son el origen de todas las guerras.
La incorporación de la mujer al mundo del trabajo es un ingrediente fundamental en su autonomía, pero un trabajo no debe ser un soborno para entrar en otro cautiverio.
Decía Virginia Woolf que el militarismo, tan característico del fascismo, no es el mejor ámbito para la autonomía personal. Esta gran escritora y feminista denunció el fascismo y el militarismo implícito en muchas profesiones en las que la entrada de la mujer puede convertirse en una nueva forma de cautiverio.
En consecuencia, por todo lo anterior, no compartimos actividades de reclutamiento de mujeres para la guerra, como las que la Junta de Andalucía financia en ocasiones (Nota 1), ni medidas favorecedoras, también emprendidas por la Junta de Andalucía de la mano del Mº de Defensa, de la incorporación de las mujeres a las FAS (Nota 2). Con esta medalla de Andalucía concedida a una militar no se logrará encubrir la feminización de la pobreza en nuestra Comunidad Autónoma ni tampoco ocultar las devastadoras cifras de desempleo que padecemos: 560.000 mujeres en paro y 540.000 hombres en paro.

Conmemoración 25 noviembre IES Pablo Picasso

Aquí os dejo algunas fotos de la actividad que hemos propuesto este curso en el IES Pablo , en diferentes asignaturas, para crear conciencia sobre la violencia contra las mujeres: diseño de camisetas con eslóganes contra la violencia y por los buenos tratos.

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Además, aquí tenéis algunas propuestas didácticas para tratar el tema en la clase de inglés:

  • Materiales para trabajar la película Desert Flower, sobre la vida de Waris Dirie (adaptados de la web ESL Printables)
  • Materiales sobre la canción Pearl, de Katy Perry, sobre cómo se siente una mujer maltratada
  • Corto A través de sus ojos, sobre las consecuencias de la violencia hacia la mujer en la familia.

Aquí podéis ver todas las entradas que hemos trabajado sobre el tema en mi blog de clase de inglés.

Mujeres y paz: una reflexión

La violencia que nos rodea es un tema preocupante. Lo que me anima y me da esperanzas es ver el inmenso trabajo de muchas mujeres que nos enseñan estrategias para enfrentarnos a ella, como el trabajo de la Red de Mujeres de Negro y muchas otras sobre las que ya he publicado algunas entradas.

Creo que es necesario sacar a relucir el trabajo de estas mujeres que son referentes a la hora de enfrentarse a los conflictos sin violencia y por eso me alegra sobremanera que sean tres mujeres las que han recibido el reciente Premio Nobel de la Paz. Enhorabuena a las tres: Ellen Johnson-Sirleaf, Leymah Gbowee y Tawakkul Karman.

El premio nos da una buena oportunidad para hablar de ellas en clase.

Este premio sirve de homenaje a estas tres grandes mujeres, y a la gran cantidad de mujeres que, con o sin Nobel, cada día trabajan por mejorar la convivencia y el clima de violencia a su alrededor.

Parece ser que sólo un 5% de los Premios Nobel han recaído en mujeres hasta ahora, según publica el interesantísimo blog de El País, Mujeres. El Nobel más feminizado es el de la Paz. Según este blog, el motivo de esto puede ser que:

«para optar a él no es imprescindible haber ido a la universidad. Lo que cuenta es haber dado pasos para lograr un mundo mejor, una tarea que para muchas empieza en cómo mejorar la vida de sus familias, de su entorno más próximo. A veces el activismo empieza desde tan abajo.»

Hay otras interpretaciones, por ejemplo desde el punto de vista biológico, como la del profesor de investigación del Instituto Cajal, dependiente del CSIC, Luis Miguel García Segura, que dice que «la mujer puede aportar una relación social menos agresiva en donde los conflictos se resuelvan más racionalmente» y que «quizás un mundo gestionado por mujeres sería un mundo menos violento». Esta idea se basa en que «la agresividad es en gran medida causada por la acción de la testosterona en el cerebro, y curiosamente, el cerebro masculino disminuye su agresividad transformando la testosterona en estradiol, una hormona femenina. Por supuesto que la agresividad se controla también de manera racional. Pero los impulsos agresivos masculinos se dejan sentir en una sociedad donde prima la competencia entre los individuos». Esto es un extracto de las declaraciones de este investigador que se recogen en un interesante artículo del número 57 de Meridiam titulado «¿El cerebro tiene sexo? ¿o la ciencia?».

Pero hay más factores que tener en cuenta, en primer lugar, el plano simbólico, donde        «[…] tres condiciones: la maternidad, lo materno y el sentimiento de ser «presa», contribuyen a que las mujeres desarrollen un pensamiento, y por lo tanto un modo de actuación, que nace de la escucha a otros cuerpos, cercano a la vida, a la experiencia concreta y singular y alejado del pensamiento abstracto».

Por otro lado, una interpretación cultural, según la cual, «lo específicamente femenino en la cercanía al trabajo por la paz ha de buscarse en el hecho de haber estado alejadas de los lugares de poder: teniendo en cuenta que la violencia siempre es un ejercicio de poder (Fisas, 1998), el hecho de haber permanecido ajenas a los escenarios desde donde éste se ha ejercido, ha permitido a las mujeres salir de la norma de la expresión de violencia».

El caso es que yo creo que es «posible ver una dimensión común a todas las mujeres, desde las mujeres que activamente luchan por la paz, hasta las que no están implicadas en un trabajo de este tipo, pasando por las mujeres expresamente belicistas. Esta dimensión común, y a pesar de la singularidad de cada mujer, es el sentirnos extrañas al razonamiento de la guerra (Bocchetti, 1996: 82), de su lógica, pero también de su imaginario, pues una mujer no puede pensar nada prescindiendo de su cuerpo.»

Estas últimas citas están sacadas de una reflexión que he escrito sobre las mujeres y la paz que sirve de introducción  la unidad didáctica «Mujeres y cultura de paz» para la clase de inglés en secundaria, premiada en la IV convocatoria de los Premios Rosa Regás. Os invito a leerla si os interesa el tema. Me encantaría saber vuestra opinión al respecto. La podéis ver completa aquí.